RAMONES, THE FALL, CEMETERY EXPLORATION, FREE ZINES AND MUCH MORE

Hello hello freaks!

We have been busy printing tons of shirts including a new Ramones print, a drawing we took from a late 70s zine that we never seen before. We also got a The Mob shirt from an old British zine, a reprint of The Fall shirt/sweater and another Eskorbuto shirt with a classic Eskorbutin drawing from our favorite record of the basque band, some old pins with resurrected designs and finally 4 new screen printed anti authoritarian zines by 80s zine maker Fanzinero that will be added for free with every order. For real thanks for the support, it helps us keep pumping new stuff to the world! Remember we send this email to escape the boring madness that its social media in these times.

AND we got a sketchy email in our inbox recently by a mysterious person about his recent urban explorations in Ciudad de Mexico's cemetery Panteón De Dolores. The biggest cemetery in the country with a rich and dense history. According to the letter he dug deep in the underground and found a secret cave we have never heard of before! This city is definitely creepy and keeps us alive for real, hope you enjoy this bizarre letter from the underground!

ORDER HERE: https://www.vsubte.com/

Nos llega a nuestro buzón de entrada un misterioso correo electrónico, aparentemente un personaje llamado El Gárgara envió hace unos días el siguiente texto junto con algunas fotos adjuntas. Espero que este tipo de relato sea de su agrado, pues a nosotras nos ha cautivado:

Les suplico, publiquen mi siguiente carta. ¡He encontrado algo impresionante!

Viajes de ultratumba: La noche de las 500 vidas

En los lados obscuros de la internet, ahí donde nadie mira y yo siempre busco, encontré vestigios de una exploración reciente en unas de mis zonas favoritas de esta perversa ciudad que llamamos D.F. Unos seres habían encontrado un lugar nuevo en esa tierra de nadie que llaman La Tercera Sección de Chapultepec. Un espacio poco explorado, lleno de secretos, parques acuáticos abandonados, casas embrujadas y lo mejor poca policía y eterna diversión.

Salir de mi casa me cuesta mucho, soy una persona poco social. La sociedad me ha hecho enclaustrarme en mi cueva llena de mugrosos artilugios antiguos cargados de vidas pasadas. Polvoso es mi toser pos sufro de una enfermedad respiratoria perenne. Mis atacados pulmones poco a poco funcionan menos, flema repugnante y amarillenta escupo a diario, un pequeño pitido acompaña mi quebradiza respiración y mi voz ronca me delata por donde camino. Mi mayor miedo, morir ahogado, ser reconocido. Mi mayor deseo, ver la obscuridad en su plenitud.

Corrí a llamar a mi huesudo amigo a que me acompañara, pues aquí son montoneros y toca estar a veces con alguien al tiro, así sea en otra dimensión. Nos encontramos en la estación de metro de preferencia en la linea café. Perdidos entre cuerpos sudados y vaporosos nos encontramos, el nerviosismo invadía mi cerebro. Tenia por lo menos 6 meses sin interactuar con otro ser humano. Me costaba mirarlo a los ojos, pero poco a poco fue sucumbiendo esa necesidad de socializar, o de saber un poco más de a donde nos llevaba el destino. Ya lo había platicado con el mono que vive conmigo en mi cuarto. Damián se porta bien cuando le das de comer y si lo miras a los ojos con desdén puede que te responda... como cuando miro en el espejo mi cara por horas y mi reflejo me contesta.

Siguiente estación y las pálidas luces del metro muestran a plenitud mi piel blanca, mis ojos ojerosos y mi mentón reducido. Mi frente es larga, y los poquitos pelos que salen de mi corto cuero cabelludo se ven reflejados en los rayados vidrios de la puerta de metro. Mi amigo me dice “Vamos a encontrarlo”, yo le digo “Es el maldito destino”. Bajamos de la estación y corremos dentro del parque. No queremos que nadie nos vea, nos avergüenza que alguien sepa a donde vamos, cualquiera sentiría lo mismo. Ya dentro del bosque verde, un fétido olor a felicidad invade mis sentidos, puedo oler a familias felices, pero a lo lejos me llama la obscuridad, pregunto a mi amigo, “¿Que es esa puerta gigante?” Mi amigo responde, “¡es el panteón, es por ahí!”. Un viejo terco y prejucioso vigila la entrada, como perro con hambre busca que comer, pero su poca habilidad, producto de su cuerpo mórbido permite que se mueva con soltura. Con mis lentes obscuros esquivo su mirada lagañosa, no lo juzgo, yo también soy gordo. Supongo que mi amigo y yo nos vemos como unos seres de ultra tumba pues el seguridad no titubio y nos dejo simplemente pasar.

Ahí nos encontrábamos, entre cuerpos de 1901, el camino se separaba en 4 vías distintas, elegimos los mausoleos para comenzar nuestra exploración. Según nuestro mapa mental el lugar profano al que queríamos ir se encontraba detrás del Panteón de Dolores. “Que placentero” dice mi amigo, señalando un féretro abierto bajo un árbol… parece ser que no somos los únicos que nos gusta explorar el mundo de los muertos. Una carcajada irresistible e incontrolable sale de mí. Es imposible, “es la primera vez que demuestro una emoción en meses” me digo a mi mismo, rápidamente pongo mi cara fría, no quiero que nadie sepa cómo me siento. Ni siquiera cuando le di a Damián un cuchillo filoso para que jugara y agrandé su cadena para que explorara la casa de mi vecina me había reído tanto… ni siquiera con sus gritos...

Seguimos caminando a paso rápido cuando de repente mi amigo baja la velocidad y corre a esconderse detrás de una tumba. Un trabajador del cementerio camina llevando una carretilla llena de tierra y silbando una canción de melodía tenebrosa, pero de ritmo pegajoso… “qué buen gusto tienen los trabajadores del panteón” me digo a mí mismo. A mi amigo pegajoso se le corre el maquillaje de sus ojos producto del sudor y la humedad. Por estas épocas ha llovido mucho en la ciudad, pero el contraste entre la muerte y el verdor de las plantas es seductor. Caminamos hasta llegar al muro que marca el final del panteón, lo bordeamos escondidos entre matorrales, flores secas y tumbas destruidas hasta encontrar a un viejo flacucho cavando una profunda tumba. Buenas tardes nos dice el aparente señor, pues solo se ve sus flácidos brazos cuando tira la tierra afuera del gran hueco, nosotros no respondemos a su llamado. Una apertura en el alto muro nos permite pasar, dejando atrás al esquelético señor cava tumbas, no vinimos a hacer amigos. Un salto y bum, estamos en la parte de atrás del panteón. Nos aseguramos de que no hubiesen cámaras, mi amigo “El Leches” como le llaman en su barrio me dice “todo bien” con voz quebradiza y emocionado, yo le digo, “baja la voz perro”, necesitábamos encontrar el lugar. Caminamos una media hora, el roció y el ruido de los pájaros se apodera de nuestros sentidos, la noche se nos viene encima. Tumbas salen de los matorrales, la selva y las cruces se vuelven una sola cosa. “Parece que aquí han quedado los olvidados” le digo al Leches, el me responde, “estamos en el lugar indicado, con los nuestros”…

Caminamos un rato más, estamos bordeando todo el muro del panteón por el lado de afuera. Hasta que encontramos una apertura en la montaña! “Ahí es!” le grito excitado a mi único amigo aparte de Damián, él me dice “maldito seas”. Subimos la pequeña vereda, me quito mis lentes obscuros pero encontramos solo un hueco lleno de meados, mierda y condones con uso dudoso, caímos en la trampa, aquí no era. Un poco desanimados volvimos al camino que llevábamos, este cada vez se hace más estrecho y la naturaleza parece reclamarlo con cada paso. Parece una nueva construcción, la ciudad ha estado tratando de dominar el espacio indomable de la Tercera Sección de Chapultepec por años. Construyendo espacios familiares y humanos en un lugar tan descompuesto como es la Ciudad de México parece una guerra inacabable. La obscuridad esta en cada rincón, así quieran formatear esta ciudad con la gentrificación, los olores seguiran emanando de la tierra, no lo permitirán jamás. Caminando y mirando nuestro mapa vemos que estamos apunto de llegar al final del camino, cuando de repente en lo alto de la montaña al lado del muro veo una apertura, un hoyo húmedo que tiene un árbol caído que atraviesa la entrada de la fosa. Sin mediar palabra comencé a correr el camino de tierra que se veía había sido utilizado recientemente. Atrás podía escuchar jadear de emoción al Leches, el pobre había esperado ver algo así desde hace mucho tiempo, estaba extasiado.

 

Ahí me encuentro, cautivado por la obscuridad de ese hueco en la tierra, de su interior sale un viento frío y húmedo, tanto así que contrasta con la humedad extrema que sentíamos afuera. Un fémur expuesto esta en la entrada de la gruta, se ve que los vendedores de huesos humanos del mercado de Sonora han estado haciendo de las suyas por aquí. Los putos amos de la obscuridad han llegado primero… Con una voz quebradiza le digo a mi piel “hemos llegado”, el Leches ni me responde y salta dentro de la cueva a toda velocidad. Querido lector, te voy a decir la verdad: Siempre me he creído una persona amante de lo obscuro, he inventado mis propios dioses desde pequeño, calaveras y cruces invertidas adornan mis paredes, visto de negro y pienso en la muerte a diario, pero ni siquiera en mis fantasías mas sexualizadas había imaginado un ambiente tan tétrico como el abismo que tenía ante mis usados ojos. Podía sentir la electricidad en mi piel, es difícil de explicar, cuando me encontré un cuerpo humano asesinado en avanzado estado de descomposición por mi barrio hace un par de décadas atrás sentí lo mismo. Allí donde yace una experiencia humana expuesta quedan restos históricos obscenos de una vida llena de símbolos y experiencias atrapadas en un espacio, de ahí la idea pendeja de los fantasmas.

Desde adentro escuché un grito profundo y carnal, el Leches me llamaba, pero el miedo de respirar la muerte me causaba pavor. Cerré mis ojos para disfrutarlo, el olor animal, rancio, pero eterno. Sin darme cuenta estaba dentro de la cueva. Los movimientos autónomos de mi cuerpo me habían llevado dentro, había perdido el control físico total. Con la poca libertad que me quedaba al abrir mis arrugados parpados veo que el Leches estaba rechinando sus dientes y mirando las paredes llenas de muerte, ahí nos encontrábamos, entre 500 cuerpos humanos. No quiero describir lo que hicimos dentro ni lo que vimos con detalle por respeto a esas pobres almas abandonadas por no tener dinero. Pero los horrores quedaran por siempre en mi delicada y sensible mente. Sobe cada una de las paredes, quería sentir de cerca lo que siempre había buscado, con mi sensible piel quería conectar con 500 existencias en estado avanzado de desintegración.

Habremos pasado lo que se sentía como 1 hora allí adentro, hasta que olfateamos un dulce olor que venia bailando desde un hoyo al fondo de una de las paredes. Es uno de los olores mas bizarros que he sentido jamas, podía sentirlo en mi paladar, saborearlo con mi lengua, sentía como se movía suavemente por todo mi cuerpo, como una caricia aterradora. Querido lector, nunca me había asustado tanto en mi vida, ¡Se los juro por mi puta alma! Tomé la mano huesuda del Leches y lo jalé para salir de aquella cueva. Creo que había sido demasiado, habíamos violado un espacio que no debíamos tocar. Salimos despavoridos pero la luz del sol era demasiado fuerte, no podíamos ver nada. Corrimos por el camino hasta llegar por una vereda donde pasaba el camión a nuestras casas, entre maullidos y ladridos de la famosa jauría de perros salvajes de Chapultepec, yo solo quería llegar a mi mazmorra y más nunca salir. La lluvia comenzaba, una noche perfecta habíamos pasado en esa cueva lujuriosa, lo sabíamos, lo habíamos logrado. Mire la huesuda cara de mi amigo sonriendo, mientras vibrábamos dentro del pecero camino a nuestras casas, con el llanto de un bebé en el fondo del camión caí rendido sobre sus esqueléticos brazos.

Les envió esta carta a ustedes y pido la compartan si creen pertinente, pues los horrores, sensaciones tétricas y olores cárnicos que sentimos ahí dentro merecen ser contados a otros humanos. La obscuridad si existe, pude presenciarla, es dulce, fría y eterna. Lo más sorprendente es que parece que la cercanía a ella me hizo escribir esto y llevarlo a la luz.

Atentamente. Tu querido Gárgara

Thanks for your time! I hope you enjoyed this crazy newsletter

From the Vida Subterranea´s Dungeon,
somewhere in Mexico D.F.!
VS

 

Vida Subterranea
Ciudad De Mexico, Mexico